Durante junio me adentro en los orígenes del ballet contemporáneo y la danza moderna a través de esta serie de diez capítulos que forman parte del espacio «Temas de música». El programa se emite en la sintonía de Radio Clásica los sábados y domingos a las 15:00 h. Para prepararlos, me he dedicado a leer, observar y escuchar con atención piezas coreográficas que todos conocemos, pero que raramente tenemos tiempo para disfrutar. La consagración de la primavera, El amor brujo, Romeo y Julieta o Primavera apalache son algunos de los títulos sobre los que hablo en esta historia fascinante, protagonizada por coreógrafos, bailarines, compositores, empresarios y artistas. Para que nadie se pierda ni uno solo de los diez capítulos que componen «Las primeras vanguardias de la danza», iré enlazando los programas aquí. ¡Os espero en las ondas!
SÁBADO 1 DE JUNIO. Loïe Fuller (1862 – 1928)
Al margen de la tradición romántica del ballet, en los barracones de las ferias y en los teatros populares, Loïe Fuller no sólo fue la pionera de una larga lista de bailarinas revolucionarias, sino también una precursora en la aplicación de los efectos especiales. En sus espectáculos usó por primera vez la luz eléctrica, los rayos X y algunos materiales radiactivos. Aunque se ha dicho que no tenía un gran sentido musical, Loïe Fuller recurrió a piezas de Richard Wagner, Jacques Offenbach o Alexander Skriabin.
DOMINGO 2 DE JUNIO. Isadora Duncan (1878 – 1927)
Su influencia en la historia de la danza moderna y el ballet contemporáneo es innegable. Reacia a que se filmaran sus creaciones, apenas se conservan veinte segundos de película: la vemos en un jardín, ataviada con una túnica, bailando como una bacante. Sin embargo, son muchos los testimonios escritos sobre las impresiones que causaban sus obras en el público. Isadora Duncan abrió escuelas de danza en Alemania, Francia, EEUU, Grecia y la URSS y reivindicó el movimiento natural del cuerpo como expresión de la voluntad del individuo. Frédéric Chopin, Franz Schubert o Franz Liszt fueron algunos de sus compositores predilectos.
SÁBADO 8 DE JUNIO. Los Ballets Rusos I. Michel Fokine (1880 – 1942) y Vaslav Nijinsky (1889 – 1950)
En las primeras décadas del siglo XX, al mismo tiempo que surgían las vanguardias artísticas en Europa, el empresario y mecenas Serguéi Diáguilev revolucionó el mundo de la danza. La aparición del cine, el auge del cabaret y las Exposiciones Universales habían creado un nuevo tipo de espectador: un público que reclamaba experiencias más estimulantes. Diáguilev comprendió que el ballet no podía seguir encorsetado por los tutús de las bailarinas. Debía ser una obra de arte total, en la que sumaran sus esfuerzos músicos, libretistas y escenógrafos. Michel Fokine y Vaslav Nijinsky fueron los primeros coreógrafos de la compañía que estrenó, entre muchas otras obras maestras, El pájaro de fuego y La consagración de la primavera de Igor Stravinsky.
DOMINGO 9 DE JUNIO. Los Ballets Rusos II. Léonide Massine (1896 – 1979), Bronislava Nijinska (1891 – 1972) y George Balanchine (1904 – 1983)
Después de la Primera Guerra Mundial Sérguei Diáguilev dio un nuevo impulso a su compañía. Entonces empezó a trabajar con artistas como Pablo Picasso, Jean Cocteau, Natalia Goncharova o Marie Laurencin. Léonide Massine montó Parade de Erik Satie y El sombrero de tres picos de Manuel de Falla y Bronislava Nijinska, hermana del famoso bailarín, Las bodas de Igor Stravinsky. El último de los coreógrafos de los Ballets Rusos, George Balanchine, es el padre del ballet en EEUU.
SÁBADO 15 DE JUNIO. Los Ballets Españoles. La Argentina (1890 – 1936), La Argentinita (1898 – 1945) y Vicente Escudero (1988 – 1980).
A imitación de los Ballets Rusos, después de la Primera Guerra Mundial surgieron en Europa numerosas compañías similares. En España, donde Serguéi Diáguilev y su troupe habían pasado largas temporadas, el fenómeno coincidió con un momento de efervescencia cultural conocido como la Edad de Plata. Bailaoras, compositores, poetas y artistas protagonizaron un renacimiento de la danza. Pastora Imperio, La Argentina, La Argentinita y Vicente Escudero exploraron las raíces del flamenco al mismo tiempo que dialogaban con la modernidad. El amor brujo de Manuel Falla es el primero de una serie de ballets españoles firmados, entre otros, los de Ernesto Halffter.
DOMINGO 16 DE JUNIO. Las bailarinas exóticas. Mata Hari (1876 – 1917), Tórtola Valencia (1882 – 1955) y Joséphine Baker (1906 – 1975).
Al igual que Isadora Duncan se había inspirado en las figuras de las cerámicas griegas para proponer una danza del futuro, fueron muchas las bailarinas que se fijaron en el imaginario oriental para componer sus propias coreografías. Aunque en un primer momento se trataba de la excusa perfecta para bailar semidesnudas ante los ojos voraces del público, algunas de estas artistas trataron de ir un poco más allá: estudiaron las religiones asiáticas, reinterpretaron sus ritos y actuaron con músicos folclóricos. A partir de la década de 1920, Maud Allan, Mata Hari y Tórtola Valencia ya habían dejado paso a Joséphine Baker, que también fue una estrella de la canción.
SÁBADO 22 DE JUNIO. La danza expresionista. Rudolf von Laban (1879 – 1958), Mary Wigman (1886 – 1973), Gret Palucca (1902 – 1993) y Harald Kreutzberg (1902 – 1969).
La nueva danza o danza expresionista tuvo un enorme desarrollo en la República de Weimar, ya que en Alemania, a diferencia de Rusia o Francia, no existía una tradición de ballet. Pronto se identificó con los principios de la lebensreform, el movimiento social que postulaba por el regreso a la naturaleza. La colonia-jardín Hellerau en Dresde o el sanatorio Monte Veritá en Suiza se convirtieron en laboratorios de experimentación de un nuevo lenguaje coreográfico. En este capítulo abordamos la trayectoria de Rudolf von Laban, que inventó un sistema de notación dancístico, y de Mary Wigman, Gret Palucca y Harald Kreutzberg, que participaron en el espectáculo de clausura de los Juegos Olímpicos organizados por el III Reich de 1936. Nos acompaña la música de Richard Wagner y Carl Orff entre otros.
DOMINGO 23 DE JUNIO. Del cabaret a la Bauhaus. Valeska Gert (1892 -1978), Lothar Schreyer (1886 – 1966) y Oskcar Schlemer (1888 – 1943).
La escuela de arte Bauhaus quiso transformar la vida a través del arte y por eso mismo se ocupó de todas las disciplinas, incluida la danza. Oskar Schlemmer era el profesor de pintura mural y escultura, pero más tarde comenzaría a enseñar escenografía. Con sus alumnos creo el vestuario y el movimiento del Ballet triádico, que se estrenó en Stuttgart con partitura de Paul Hindemith, aunque estuvo a punto de usar la música de Schoenberg o de Handel. Mientras tanto, en los cabarets de las grandes ciudades de la República de Weimar, se hacían espectáculos que eran el precedente de la performance.
SÁBADO 29 DE JUNIO. El ballet en la URSS. Fyodor Lopukhov (1886-1973) y Leonid Yakobson (1904-1975).
Pese al enorme éxito internacional de los Ballets de Diáguilev, en Rusia el público no pudo disfrutar de sus producciones. Con el estallido de la Revolución de 1917, los teatros Mariinski y Bolshoi se colocaron en el punto de mira de los bolcheviques. Habían estado estrechamente vinculados a la corte de los zares, pero esto no impidió que la danza incorporara las innovaciones formales del constructivismo y se convirtiera al mismo tiempo en una herramienta de propaganda política. A partir de la década de 1930 se impuso el realismo socialista y, mientras algunos coreógrafos como Fyodor Lopukhov dejaron de trabajar, otros como Leonid Yakobson empezaron a dar sus primeros pasos.
DOMINGO 30 DE JUNIO. La danza moderna en EEUU. Martha Graham (1894 – 1991), Doris Humphrey (1895 – 1959) y José Limón (1908 – 1972).
En la escuela de Ruth St. Denis de Los Ángeles se formaron Marta Graham y Doris Humphrey. Cada una de ellas creo un método que sigue estudiando los coreógrafos y bailarines de hoy. La primera planteó que debían expresarse las emociones a través de las contracciones pélvicas y la relajación al inspirar, y la segunda interpretó cada movimiento como el comienzo de una caída. De origen mexicano, José Limón llevaría estas enseñanzas a un altísimo nivel de sofisticación en numerosos espectáculos. En este programa escucharemos tanto la música que se compuso para sus piezas de danza, como obras del repertorio clásico, entre los que Purcell y Vivaldi tienen un lugar especial.
Después de su emisión, cada capítulo se irá subiendo al siguiente enlace de Rtve Audio.