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Ignacio Vleming was born in Madrid (Spain) in 1981. He is the author of the collections Clima artificial de primavera (La Bella Varsovia, 2012), winner of the Premio de Poesía Joven Pablo García Baena, and Cartón fósil (La Bella Varsovia, 2016), and La revolución exquisita (La Bella Varsovia, 2022) as well as a book of artistic exercises, Inspiración instantánea (Modernito Books, 2013) and the architechture essay Fisura (Ediciones Rua, 2019). He has also translated from the Italian poems by Michelangelo Buonarroti and Jacopo Sannazaro, indcluded in the Sextinas. Pasado y presente de una forma poética (Hiperión, 2012), and together with Leonardo Vilei, La ragazza Carla by Elio Pagliarani (La Bella Varsovia, 2017). He studied art history at university and also collaborates on various projects with artists from different disciplines, as the choreographer Avatara Ayuso and the photographers Asier Rua and Sheila R. Melhem.
From the book An artificial spring (La Bella Varsovia, 2012)
Translated by Terence Doolay
Vintage
¿Quién vio a los cervatillos saltarse el marco
de la pintura?
¿Quién oyó su berrea cuando todos
dormíamos?
El sol en su cenit, a la hora de la siesta, abrasó
el lienzo, derritió la garganta, los sotos
y las lindes. Mientras ardía el bosque,
los venados huyeron y con su
cornamenta retaron solos al tedio de las
cuatro.
Domésticos y dóciles dentro del cuadro,
embravecieron fuera y como bestias
salvajes con sus pezuñas rasgaron las
paredes empapeladas de tarde de
domingo.
Ahora, ¿dónde están los cervatillos? Los
delicados bambis que durante años y
años nos contemplaban en la rutina
parda de las meriendas, de las visitas,
de las partidas de cartas, de parchís, de
dominó…
Escuchaban historias de fantasmas de abuelas
y secretos de alcoba. Y guardaban
silencio con sus hocicos de óleo.
Eran los dioses lares en la penumbra. La
garantía estética de la felicidad.
Bucólicos aquellos que los recuerden.
Bucólicos y hermosos como aquellas
estampas de salón-comedor de clase
media.
Vintage
Who saw the deer spring free of the frame?
Who heard them in rut while we slept?
The sun at its zenith, in the siesta, burnt the
painting, gorge, grove and borders.
While the woods were on fire, the stags
fled and locked antlers in the tedium
of 5 o’clock.
Domestic, docile in the picture; escaped, they
were wild beasts and with their hooves
they tore to tatters the wallpaper of
Sunday afternoon.
Where are they now, the deer? Etherea
Bambis, who for years and years
gazed down on our dreary routine of
afternoon tea, acquaintances,
card-games, parcheesi, dominoes.
Who heard the grannies’ ghost-stories and
bedroom secrets. And kept their oily
muzzles shut.
They were the Lares Familiares in the dark.
The aesthetic talisman of happiness.
Rustics, those who remember them. Rustic and
handsome like those engravings in
middle-class drawing-rooms.
El tedio se esconde detrás de las fotografías
Haz una foto en la que todos vean cómo nos
divertimos. No importa que la tarde haya
sido aburrida.
Sonríe, di patata, dibuja con los labios la línea
sinuosa de la felicidad.
Colócate debajo del monumento o delante del
mar o con el triunfo de nuestro amor
mayúsculo.
Hecho un pincel, sabes posar como una
mariposa herida o disecada.
Un relámpago eclipsa el negro de tus ojos.
Click. Flash. Ahora pareces, tal vez seas,
mejor persona.
Que todo tu dolor valga por un segundo de
popularidad.
Por un segundo de la alegría que nos embarga.
The boredom hidden in photographs
Take a snap so everyone can see what fun
we’re having. Never mind how dull
the day.
Smile, say cheese, pull your lips into the curvy
shape of delight.
Stand under the monument or against the sea
or in the apotheosis of our capital letter
love.
Gorgeous, you pose like a butterfly pinned in a
case.
Lightning blanks the black of your eyes.
Click. Flash. Now you look, perhaps you are,
a better person.
May all your pain earn you a moment’s
popularity.
A moment’s overwhelming joy.
El aroma imperceptible de las flores de plástico
Como esa flor de plástico, sin aliento ni aroma,
sujeta a un alambre que clavado en un
corcho hace las veces de tallo,
por ti pasan los años y con soberbia va
desperdiciando las floraciones de cada
primavera.
Eres, no obstante, el mayor perdedor. Tu savia
de petróleo ignora el pálpito lúbrico de
la vida.
No tienes polen que alumbre los eclipses, ni la
luz tiene en ti efecto alguno.
Sobre tus pétalos el polvo expresa su silencio
metódico. Sin néctar, ni almidón, ni nada
parecido.
The imperceptible scent of plastic flowers
Like that plastic flower, scentless, lifeless,
with a wire stuck in a cork for a stem,
for you the years go by and pridefully you
shed the bloom of each
successive spring.
But you lose the most in this. Your oily sap
knows nothing of lubricious life. You
have no pollen
to light up an eclipse. You don’t alter with the
light.
On your petals dust exerts its meticulous
silence. No nectar, no starch, no, nothing
of the kind.
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