La editorial Cazador de ratas acaba de publicar Versos desde la exosfera, una colección de poemas inspirados en la fantasía y la ciencia ficción entre los que se incluyen, junto a los textos de Javier Arnau, Estíbaliz Espinosa, Alberto García-Teresa, Vicente Luis Mora, Carmen Moreno, Raúl Quinto, Sofía Rhei, Ramiro Rosón, Ana Tapia, algunos de mis primeros sonetos y esta composición inspirada en la película de Kibrick 2001. Una odisea en el espacio.
En la televisión, los astronautas
se deshacen en ráfagas de niebla.
La bandera clavada entre las rocas
anuncia la victoria de los yanquis.
El locutor comenta entusiasmado:
“es un pequeño paso para el hombre
y un salto gigantesco
para la Humanidad”.
Mientras, más realista que la real Historia,
dentro del cráter Tycho, se descubre el primer
yacimiento arqueológico lunar, es 2001.
En las salas de cine un obelisco
salpica el firmamento de color.
¡Liviano el astronauta cuando pisa,
con el frío metal de su escafandra,
el perfil inclinado de la Luna!
A su paso levanta remolinos
de asteroides, estrellas y cometas,
que le impulsan fugaz en la negrura
del espacio exterior del patio de butacas.