Geoffrey Nutter

Estos día calurosos de verano, encerrado en mi pequeño piso de Lavapiés para sortear como puedo la canícula, me estoy acordando de tres fantásticos poemas del escritor norteamericano Geoffrey Nutter, a quién tuve la suerte de conocer hace prácticamente un año. Es sorprendente cómo a veces alguien con una trayectoria totalmente distinta y en otra lengua puede llegar a decir algo tan parecido a lo que tú pretendías. Aquí vuelco tres poemas de sus libros Christopher Sunset y Cities at down, publicados por Wave Books en 2010 y 2016 respectivamente, en su versión original y en mi traducción al español. Hay muchos más, algunos los releo y cada vez son distintos, como esas plantas de interior que cambian poco a poco sin que nos demos cuentan. El primero evoca la figura de Miguel de Unamuno -hay mucho imaginario español en su poesía-, y los siguientes me hace pensar en mis propios poemas de Cartón fósil, pero sin duda los suyos son mucho mejores.

MIGUEL DE UNAMUNO

I was reading Miguel de Unamuno
under lamplight and under the tiling
heads of pink carnations, pinker
than milk but flecked with red,
each a perfect small bell, or blimp,
or calabash-each, perforce,
a small russet bust of Miguel de Unamuno
staring into the asparagus stuary
of the Tragic, its dark boats
sailing along toward Batteresa.
And what if a little of that wind
that fills their sails should come in here,
and it does… and that breeze stirs
the periwinkles on the grass outside,
and billows in the curtains, an turns
the page of the book on the table,
and those small bells,those little lamps,
those meditating heads, nod yes,
nod yes, nod yes.

MIGUEL DE UNAMUNO

Estaba leyendo a Miguel de Unamuno
bajo la luz artificial y bajo la inclinada
cabeza de los claveles rosas, más rosas
que la leche pero salpicados de rojo,
perfectas campanitas o dirigibles,
o calabazas, por fuerza, cada uno
un pequeño busto bermejo de Miguel de Unamuno
mirando hacia el estuario espárrago
de la Tragedia, sus barcos oscuros
navegando hacia Battersea.
Y qué si un poco de ese viento
que infla sus velas viniera aquí…
y viene… y esa brisa hace ondear
las violetas en la hierba de fuera,
e hincha las cortinas, y pasa
la página del libro sobre la mesa,
y esas campanitas, esas lucecitas,
esas cabezas meditativas, lo afirman,
lo afirman, lo afirman.

De Christopher Sunset (Wave Boosk, 2010)

Miguel de Unamuno leyendo.

A SMALL VICTORIAN OBJECT

Here is a purely functional object:
remote controlled substation no. 10,
a utilitarian structure down by the tracks
that run past the ruined marina.
It was built in 1931 and is now being renovated.
Scaffolding has been erected all along its sides.
A big coil of damp rope
is lying in a pile of broken
concrete, brick, and plaster.
The topmost row of the chain-link fence
that runs along the river is twisted
into barbs, and shredded plastic sacks
are snagged in the barbs as far as the eye can see:
dirty gray and shredded, flapping in the wind.
A candy box, once green, has been
bleached out to light blue by the sun.
Silent gray boulders are lapped at by waves.
Signs are posted to warn against
the consumption of eels by children.
What’s that in the mud where the tide is going out?
Buttons; bottle caps; small bits of styrofoam
that look like shells or coral; a few dead crabs;
a cracked porcelain vessel from the Victorian era
for containing the tears shed by those
who have survived the death of loved ones.

UN PEQUEÑO OBJETO VICTORIANO

Aquí tenemos un objeto puramente funcional:
control-remoto subestación nº 10,
una estructura utilitaria por debajo de los vagones
que corren más allá del puerto ruinoso.
Fue construida en 1931 y ahora están renovándola.
Los andamios se han erguido a sus lados.
Una gran bobina de cuerda húmeda
tumbada sobre un montón de trozos
de cemento, ladrillo, y yeso.
La parte superior de la valla metálica
que corre a lo largo del río está cubierta
con alambre de espino, y hay sacos de plástico
desgarrados en las púas hasta donde llega la vista:
gris sucio y a jirones, aleteando en el viento.
Una caja de caramelos que fue verde, ha virado
a un azul pálido por culpa del sol.
Silenciosos guijarros grises lamidos por las olas.
Señales que advierten del peligro
para los niños del consumo de anguilas.
¿Qué hay en el cieno que descubre la marea?
Botones; tapones de botella; espuma de poliestireno
que parecen conchas o coral; unos pocos cangrejos muertos;
una china rota de la época victoriana
para contener las lágrimas derramadas por aquellos
que han sobrevivido a la muerte de sus seres queridos.

De Cities at down (Wave Boosk, 2016)

THE INFRASTRUCTURE

It’s a city within a city. The salt domes
behind the Municipal Asphalt Plant
The cranes, dismantling
the temporary roadway over the water
made of red and yellow metal. At night
the statues come to life, green atop
the narrow obelisks. There is also
the double rainbow, visible trough
the green bridge girders in the rain,
lions carved in the stone of the basilica,
emancipation, and an effusive granting
of wishes by the countermen, brief suspensions
of the laws of gravity, a turnstile leading
into someone else`s dream, which, it appears,
wanted also to be your own. Steel clows
drag wet leaves from the storm drains.
Once in a a while, walking down the street,
if you listen, you will hear the plinking
of some win chimes from high window.
If you lie down lengthwise in the grass
you can see the cities in the cloud, ablaze
with commerce. If you lie back,
still as a virgin, a curio, alabaster,
might appear – the infrastructure.

LA INFRAESTRCUTURA

Una ciudad dentro de otra. Las cúpulas saladas
detrás de la Fábrica Municipal de Asfalto.
Las grúas, desmantelando
la carretera provisional sobre el agua
hecha de metal rojo y amarillo. En la noche
las estatuas cobran vida, tienen verdín
los obeliscos estrechos. También se ve
un doble arco iris a través
de las vigas oxidadas del puente bajo la lluvia,
leones tallados en la piedra de la basílica,
redención, y un cumplimiento entusiasta
de los deseos por los dependientes, breve suspensión
de las leyes de la gravedad, los tornos dirigiendo
en alguien el sueño de otro, el cual, parece,
quisiera ser también tuyo. Garras de acero
arrastran las hojas mojadas por las alcantarillas.
En algunas ocasiones al bajar la calle,
si prestas atención, escucharás el tintineo
de las campanillas en las ventanas de arriba.
Si te tumbas longitudinalmente en la hierba
puedes ver las ciudades en la nube, ardiendo
en el comercio. Si te tumbas de espaldas,
todavía virgen, un figurita, alabastro,
tendrá que aparecer – la infraestructura.

De Christopher Sunset (Wave Boosk, 2010)

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