El mes de marzo es el mes de la poesía y cada año, en todo el mundo, se celebran encuentros y festivales para los gustos más heterogéneos. Hace un tiempo la editorial La Bella Varsovia (Anagrama) propuso a algunos de sus autores que eligieran un cuadro del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y lo relacionaran con uno de sus propios textos. Gracias a esta iniciativa el día 2 participé junto a la conservadora Clara Marcellán en el directo de Instagram del museo para hablar de Orquídea y colibrí cerca de una cascada (1902) de Martin Johnson Heade y leer «Fitzcarraldo», uno de los poemas que forman parte de La revolución exquisita inspirado en la película homónima de Werner Herzog.
Tres semanas más tarde, el día 21 de marzo, Ámbito Cultural del Corte Inglés llenó el Museo del Prado de poetas. Entonces tuve la oportunidad de leer delante de Duelo a garrotazos de Goya otros dos poemas de La revolución exquisita: Retablo de las maravillas, que evoca a los teatros de títeres y que menciona esta pintura, y El sueño de la razón, cuyo título se refiere a un conocido grabado del artista.