Versiones de Jandl

La escritora Sandra Santana acaba de traducir, para una bellísimo libro publicado por Arrebato, una selección de poemas de Ernst Jandl, agitador cultural austriaco que no sólo supo renovar el humor tras los terribles acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, sino que además limpió la lengua alemana de todas las connotaciones ideológicas y belicistas con la que se la había asociado. Hace unos meses lo presentó en Madrid y, días después, algunos poetas tuvimos la suerte de acompañarla al programa de Miguel Álvarez-Fernández en Radio Clásica, Ars sonora, para hablar de un escritor y performer que trasciende el hecho literario con creces. Con motivo de aquel encuentro Sandra me invitó a versionar un par de poemas de Ernst Jandl, que hoy comparto en este blog con todos los lectores. Primero van los suyos y luego los míos.

POEMAS DE JANDL

sentencia

Los poemas de este hombre son inútiles

en primer lugar
froté uno sobre mi calva
en vano. no favoreció el crecimiento del cabello.

a continuación
me froté con otro las espinillas. éstas
alcanzaron en dos días el tamaño de patatas medianas
los médicos quedaron asombrados.

a continuación
eché dos en la sartén.
algo desconfiado no me los comí.
como consecuencia murió mi perro.

a continuación
utilicé uno como método anticonceptivo.
tuve que cargar con los gastos del aborto.

a continuación
sujeté uno sobre mi ojo
y entré en un club mejor.
el portero
me soltó tal zancadilla que caí en redondo.

a continuación
enuncié la mencionada sentencia.

niño y piedra

descansar y yacer olvidado
preferiblemente bajo una piedra
que nadie alza, ningún niño
que mire si hay gusanos o cochinillas
debajo de la piedra que en el bosque
levanta ligeramente y hace rodar

o ser yo mismo un gusano o una cochinilla
asustarse del sol repentino
cuando alguien levanta la piedra, debajo
era todo tan húmedo y fresco y oscuro
o tal vez ser ese niño

o la piedra misma
lo mejor sería quizá ser esta piedra
que sin embargo no seré nunca
y el niño que ya fui
y lo que vino después fue tan terrible
que no querría ni por un momento
volver a ser ese niño, oh no

sino descansar y yacer olvidados
ambos para siempre, y llegará
el momento, lo creo firmemente
pero es tan difícil el camino hasta allí
día tras día, noche tras noche
sin fallecer pero desfallecido

POEMAS DE VLEMING

Utilidad del poema


Los poemas de este hombre son inútiles
y los míos también:
usted lee unos versos
escritos para abrir el corazón
como se abre una nuez,
y sin embargo no siente en absoluto
ni el leve ronroneo
que esconden sus palabras.
Son el hueco sonido que heredamos,
ni más ni menos que eso.
Lea usted en diez años mi poema
y descubrirá incrédulo
lo mal que ha caducado.
Un concierto de sílabas y acentos
como las voces tibias
que se oyen a través de las paredes:
latente percusión en nuestras manos.

Aspiración a lo inerte

Ser esa piedra lo mejor sería
y sin embargo no lo seré nunca,
por mucho que en lo inerte y en lo duro
me empeñe yo cargándome de liquen.
Quisiera ser la roca que no siente,
no el árbol que es apenas sensitivo:
ese no. ¡Ni una gota de la savia
que empapa los jardines en mis venas!
Tampoco quiero ser la cochinilla
o el gusano que viven escondidos
debajo de las lápidas de Viena.
Mucho menos el niño que ya fui
y al que espera furioso y en sigilo
el oculto terror bajo la piedra.
(Un trozo de arenisca o de granito,
y por qué no de mármol, con mi nombre,
pero ni hablar de vida tan vivible).

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